Días atrás se conoció un hecho al menos confuso, en el que participó el Vicegobernador Dr. Jorge Pellegrini. Fue ante un accidente de tránsito de un empelado suyo con una moto. El Vicegobernador llegó al lugar llamado por sus hijos, amigos ambos del motociclista. Todos ellos demostraron un muy fuerte interés en que la Policía no tocara (y mucho menos investigara) ni la moto accidentada ni la mochila del accidentado.
A tal punto que a los gritos ordenó en su calidad de Vicegobernador a los policías presentes que entreguen los objetos en guarda a su hijo sin que se acredite la relación entre éste y el accidentado. Exigió que se diera por terminado el episodio, rompiendo autoritariamente con un procedimiento que está cuidadosamente reglamentado. Y que él debió velar porque se cumpla.
¿Por qué será? Demasiadas órdenes y excesiva preocupación para que moto y mochila no fueran investigados. Hablaron de una fuerte suma de dinero, cuyo origen sería bueno conocer.
Posteriormente, una breve versión oficial cargó culpas a la ”violencia policial” lo que no coincide con lo visto y oído por testigos. Desde ese momento Pellegrini ha eludido cualquier diálogo con la prensa, como queriendo imponer un manto de silencio que oculte todo.
El Vicegobernador debe preocuparse por dar el ejemplo de cumplimiento de la ley, en no obstruir el trabajo específico de la Policía y ser transparencia en sus actos. Los funcionarios están en una vidriera ante todo el pueblo, quien los toma como ejemplos para bien o para mal. Este accidente, común en nuestros días, se convirtió en confuso y hasta sospechoso en virtud a la intervención del Dr. Pellegrini.
Pero en esto de no cumplir con la ley y con sus obligaciones ya tiene sus antecedentes el Dr. Pellegrini. Se trata de los años en que la Asamblea Legislativa, que preside el Vicegobernador no elige Defensor del Pueblo conforme lo manda la Constitución y la ley. Si los legisladores no se mueven en ese sentido es su obligación la de conminarlos a que cumplan su deber. Nadie del oficialismo ha movido un dedo desde octubre de 2004 por elegir al Defensor del Pueblo, primero fue responsabilidad de Blanca Pereyra, desde 2007 de Pellegrini. Seguramente han recibido órdenes del jefe político y gobernador para no hacerlo. Órdenes que no pueden ser nunca superiores a la Constitución y a la ley, y que sólo valen para la politiquería oficialista, no para el pueblo, ni para la justicia en cuyo Juzgado Penal 3 está radicada una denuncia por Expte. 2787/07, el que entre perdido y cajoneado amontona tierra. Es de esperar que al tener por fin jueza titular esta causa se active.
El Dr. Pellegrini está muy equivocado, no debe interferir en el correcto accionar de la Policía y sí debe exigir a los diputados y senadores que propongan y elijan un Defensor del Pueblo. Es decir, el Vicegobernador Dr. Jorge Pellegrini debe cumplir y hacer cumplir la ley, tal como juró al asumir.
No son éstas, cuestiones ni meramente formales ni de bajo impacto en nuestra vida republicana, por lo que debe hacerse cargo de sus actos.
SAN LUIS. Setiembre 15 de 2009.