L
A poco de comenzar su primer mandato como gobernador, allá por el 2003, el Dr. Alberto Rodríguez Saá (ARS II), anunció el Plan Hepatitis 0. Una buena idea para erradicar esa enfermedad de nuestra provincia y mejorar la calidad de vida de todos. El plan consistía fundamentalmente en la construcción de cloacas en gran número de localidades del interior provincial. Obras éstas que se licitaron y comenzaron pronto, si bien la concreción de ellas no estuvo a la altura de tan buena idea inicial. Hubo muchas demoras, costos elevados, problemas de funcionamiento, etc., pero muchas se concretaron.
El caso de El Volcán
Me referiré ahora a lo ocurrido en esta localidad. Como en todos los casos, las licitaciones no se llamaron con un proyecto ya elaborado, sino que la empresa adjudicataria debía hacer ese proyecto, sin que éste fuera suficientemente estudiado, analizado por las autoridades gubernamentales. Evaluación que en el caso de El Volcán resultaba más que necesaria dada su compleja geografía, con no pocas dificultades para una obra de esa naturaleza.
La obra fue adjudicada a la empresa VIMACO, de la que desconozco mayores datos. Sin observación alguna, construyó lo que sería la planta de tratamiento de los líquidos cloacales a la entrada oeste de la localidad, a pocos metros del puente y del cauce del río. Cerca también de un camping, que ya no está, y de un barrio bastante poblado. Ese lugar supo ser cubierto en forma total por algunas crecientes extraordinarias del río.
Por lo expuesto esta ubicación estaba muy lejos de ser la más adecuada por los riesgos de contaminación del río y los olores propios de la actividad que impactarían en la calidad de vida de los vecinos.
Ante las quejas elevados a las autoridades provinciales, el entonces Ministerio de Medio Ambiente, no habilitó esa planta ordenando construir otra. Los reclamos empresariales no fueron satisfechos, por lo que la empresa abandonó la obra y no se supo más de ella, tras haber cobrado gran parte del monto previsto originalmente, como he podido verificar en las publicaciones del presupuesto provincial.
Desde el gobierno provincial se dijo que los líquidos cloacales serían llevados a la misma planta que posee la ciudad de Juana Koslay, para lo cual comenzó a instalarse la cañería. Nada se dijo nunca de las muchas y costosas exigencias de bombas para salvar los muchos desniveles de la trayectoria hasta conectarse con la red de Juana Koslay. Tampoco se dijo si la planta de esa ciudad, tenía la capacidad suficiente para sumar lo proveniente de El Volcán. Todo indicaba que ese anuncio estaba destinado tan solo a calmar los ánimos.
Así fue. El tendido de los caños no llegó más allá de unos 500 metros, quedando durante años un caño negro apuntando al cielo, al costado de la ruta, al inicio de la bajada que lleva al puente.
Silencio total
Nunca más se habló de esta red cloacal, ningún intendente comisionado municipal, hasta hoy, reclamó por esa obra. Está claro que siendo un abandono obra del gobierno de ARS II, ninguno se animó a insistir, mucho menos a denunciar. De hacerlo, podría haberles costado el cargo. Tampoco hubo reclamo de parte de legislador provincial alguno.
Con el tiempo se construyó la obra de la red de gas natural, aparentemente sin estudios previos. Por lo que se destruyó la red cloacal en varias partes. A esta destrucción hay que agregarle la de la planta de tratamientos, que primero sufrió el robo de todo lo útil que allí había, creo que esto incluye a unas bombas. Hoy esa construcción está destruida, con las paredes quebradas, tapada por árboles y matorrales. Todo lo que nos dice que el gobierno de ARS II dilapidó una elevada suma de dinero – que no reclamó – en una obra más que necesaria, que supo proponer con muy buen criterio, pero que resultó incapaz de concretar. El temor a quedar mal con el señor feudal, hace que de esto… poco y nada se habla.
Otras cloacas
Hay otras obras similares en El Volcán. El Barrio 24 Viviendas, camino hacia Estancia Grande, cuenta con un servicio especial que consiste en un gran pozo que recolecta los desechos de esas viviendas, de donde un camión especial las recogería periódicamente para llevarlas, vaya uno a saber dónde. El caso es que no funciona así, cada tanto ese pozo no es vaciado como se debe y al rebalsar su contenido llega al río; otra parte se filtra a las napas. El resultado es la contaminación del río y aguas subterráneas con todo lo que ello implica para la vida y el turismo.
Ese problema persiste porque no se advierte capacidad o intención de solucionarlo. Recientemente lo han tapado con un nylon negro. El lugar es un asco.
Otro barrio, el Madre Teresa de Calcuta, tiene también su propio sistema cloacal, el que ha sido reparado recientemente, pero su capacidad es poca y con demasiada frecuencia su contenido se vuelca a calles y ruta.
Conclusiones.
Las bondades del Plan Hepatitis 0 le fueron y le son negadas a los volcaneros, discriminados por el gobierno de ARS II, con grave daño a su calidad de vida. Este gobierno no inició acciones contra la empresa fugada, tampoco para recuperar lo mucho invertido, mucho menos para completar la obra abandonada.
Hoy, en su campaña para ser reelegido ARS II habla de las cloacas que ha construido en algunas localidades, pero bien que calla lo que le niega a El Volcán. La política feudalista es cobarde, inútil y de esto…no habla.
Yo no me olvido de cómo se discriminó y perjudicó a El Volcán. Y no me callo.
SAN LUIS. Mayo 29 de 2019
Debe estar conectado para enviar un comentario.