Al pueblo de San Luis que estuvo esperanzado en una propuesta política capaz de recuperar la vigencia de las instituciones democráticas y republicanas. A mis compañeros. A mi partido.
En el proceso de construir una unidad política que enfrente al gobierno familiar que nos oprime desde 1983, hubo buenas ideas, pero nos faltaron convicciones, solidaridad, fuerzas y modestia. También erramos al creer que una propuesta para San Luis, podía construirse sin la intromisión de dirigentes que operando a la distancia, desconocen realidad, pueblo y dirigentes.
Así, venía difícil concretar las buenas ideas. El golpe final fue dado por la cobardía electoral del kirchnerismo nacional; tras sus últimas derrotas. Como si esconderse en San Luis, fuera a mejorar su imagen o su proyecto. Proyecto político al que, insisto, nunca debimos permitirle tanta injerencia en lo provincial.
El Senador Pérsico fue una víctima más del verticalismo propio de su fuerza política que no lo respetó. Junto con Pérsico, todos fuimos víctimas de lo mismo, con lo cual se cayó una oportunidad para construir la esperanza democrática en San Luis.
Mis convicciones acerca de la realidad política provincial no cambian. Tampoco mi decisión por cambiarla. Seguiré en esta lucha como siempre. Ojalá que aprendiendo y corrigiendo lo pasado.
Nos equivocamos todos. Me equivoqué yo en el uso de mis responsabilidades y representaciones. Pido perdón por mis errores. Porque los errores de los dirigentes los termina pagando el pueblo todo.
Las ideas siguen firmes. Ojalá se nos sume sangre nueva, dispuesta a tomar la posta, a aportar fuerzas y virtudes, a enriquecer la lucha y llevarla a buen puerto.
Sigo soñando con un pueblo unido y expresado en una democracia respetuosa de la dignidad y constructora del bien común para la Patria. Con amor a Dios y al prójimo.