OTRA MÁS DE LA ULP

Se han conocido recientemente dos casos problemáticos ocurridos en el ámbito del  Instituto de Estudios Económicos, Sociales y Psicosociales de la Universidad de La Punta (ULP).  

Dos licenciados en psicología, una mexicana y un cordobés, llegaron  a este Instituto  para cursar algunas de las “especialidades” que ofrece esta “universidad”  en su web y que se cursan en el  Hospital Escuela de Salud Mental San Luis.  Pero  las experiencias vividas les llevaron a  denunciar ante los medios de comunicación la incoherencia académica, el no cumplimiento de lo acordado previamente  y la falta de respeto de parte del Director del Instituto  y ex Vice Gobernador Dr. Jorge Pellegrini.  Las faltas de respeto, quedarán a resolver entre los involucrados y los eventuales testigos. Sí me interesa señalar algunas cuestiones acerca de los estudios que allí se cursan.

Oferta de la ULP

En su web la Universidad de La Punta ofrece dentro de su Instituto de Estudios Económicos, Sociales y Psicosociales y con domicilio coincidente con el  referido Hospital Escuela de Salud Mental, lo que denomina carreras, de las que detallo las siguientes:

  1. Residencia en salud mental con Orientación en proceso de transformación institucional

Duración de la carrera: 3 semestres. REQUISITOS:   Ser profesional de la salud seleccionado por concurso.

Y entre sus OBJETIVOS  destaca:

Formar profesionales en el campo de la Salud Mental, capaces de implementar procesos de transformación Institucional.

  1. Programa de Formación en Salud Mental de las Instituciones con Orientación en Procesos de Transformación Institucional. Duración de la carrera: 14 meses. REQUISITOS:      Ser profesional de cualquier campo del conocimiento.
  2. Programa de rotaciones profesionales en salud mental con orientación en procesos de transformación institucional. Duración: 3 semanas y hasta 6 meses. REQUISITOS: Ser profesional en el campo de la salud mental.

Análisis de  estas ofertas.

Se exige en ellas  ser egresado universitario, es decir que se trata de estudios de pos grado. Los que en Argentina tienen  que cumplir con los fuertes requisitos que exige la CONEAU.

Un posgrado no es un curso de corte y confección, debe ser dictado por una Universidad legítimamente reconocida como tal, con sus carreras de grado y superar evaluaciones  en sus recursos materiales y humanos; tras lo cual reciben una calificación según una escala de calidad acordada entre todas las universidades.  Nada de lo cual ha sido cumplido en el caso de estas residencias o programas que ofrece la ULP.

Es que ya sabemos y muy bien, que la ULP  no forma parte del sistema universitario argentino, inició hace mucho ese reconocimiento y ante la devolución de la documentación presentada por incompleta e incorrecta, nunca los reinició. Y los anuncios del Gobernador Poggi en cuanto a lograr ese reconocimiento, sólo se tradujo en reuniones  informativas, aparentemente frenadas ante el “reto” propinado por el ex Gobernador Alberto Rodríguez Sáa.

Se agrava todo cuando en la residencia detallada en A) se incluye entre los objetivos el de “formar profesionales en el campo de la salud…”. Todas las carrearas vinculadas a la salud tienen la máxima exigencia de CONEAU conforme lo acordado entre todas las universidades argentinas. Y se trata del proceso de acreditación, muy superior al simple reconocimiento y validez propios de otros estudios.  Que se ofrezcan estudios en el campo de la salud sin ser universidad integrante del sistema universitario nacional conforme a la ley y que no haya superado las exigencias de acreditación constituyen verdadera mente una estafa.

La ULP no puede formar profesionales porque no es una Universidad reconocida, sólo puede formar –y así lo hace-  técnicos en carreras cortas

Hay una cuarta oferta, pero en este caso destinada sólo a alumnos avanzados en carreras del campo de la salud mental.

Es el     Programa de pasantías pre-profesionales en salud mental con orientación en procesos de transformación institucional. Duración: 3 semanas.

Al que le caben las mismas consideraciones antes expresados.

 Consecuencias

Si bien son muchos los alumnos o egresados de todo el mundo que buscan  este tipo de estudios en otros países, siempre se realizan en el marco de convenios entre las universidades. Para lo cual ambas conocen cabalmente sus respectivas capacidades e idoneidades. Y cada estudio que se haga es debida- mente certificado tanto por las mismas autoridades universitarias, como por las autoridades educativas nacionales que los certifican.

Nada de esto se ha hecho, porque la ULP no es una Universidad reconocida nacionalmente conforme la legislación vigente.  La búsqueda por Internet que los interesados en estos estudios hacen permanentemente  no muestra esta carencia de la ULP por lo que abiertamente engaña.

El que la ULP no se ajuste a la ley universitaria de la Nación abre la posibilidad de manejos antojadizos o autoritarios. En este caso con una alarmante e irresponsable informalidad que no hace sino agravar lo antojadizo y autoritario.

No son así los estudios universitarios.

Lo sucedido es  una ratificación del total desconocimiento  que la ULP tiene de lo que es actualmente la vida y proceder de las universidades en el mundo entero.  Una institución educativa, de cualquier nivel, no es un coto reservado de  algún presunto científico o profesional.

Pellegrini supo mostrar su faz autoritaria, obstaculizando el accionar policial en un accidente que involucró a un allegado. Ahora repite esa faz, quizás  con la pretensión de esconder el verdadero nivel de formación que se brinda en este Instituto y en estas residencias y programas. Porque cuando hay capacidad y niveles profesionales, científicos y docentes, nadie se niega al  reconocimiento y a la evaluación de sus pares, como ocurre cuando CONEAU interviene. Ni mucho menos usa la mala educación  y el autoritarismo.

 

En suma, que esta difícil y traumática situación vivida por estos jóvenes que acudieron a la ULP en busca de perfeccionarse, ha sido una burda estafa  que descalifica la imagen de todo  San Luis.

Pero en el feudo de la familia Rodríguez Sáa ¿a quién le importa eso? Si el Diario de la República  y sus

repetidores  no lo dicen…no existe.