*Caso 1*
En su edición del sábado 15 de enero EL DIARIO D E LA REPÚBLICA, propiedad de la familia Rodríguez Saá y por lo tanto vocero oficioso del gobierno provincial, da lugar destacado a la noticia del problema de cloacas en el Barrio Eva Perón en la localidad de El Volcán.
Este barrio ubicado en el camino a Estancia Grande, tiene un sistema propio de cloacas que vierte las aguas tratadas al río El Volcán, antes de llegar a los principales balnearios de ese centro turístico.
Desde hace años que está instalada la queja y la denuncia ante las autoridades y los medios por el pésimo funcionamiento antes y nulo ahora de esas cámaras de tratamiento, que en este momento están deterioradas y sin los motores. Años de denuncias y quejas sin que se haya dado paso alguno en busca de solución. Hoy los vecinos viven rodeados de lagunas hediondas y contaminantes.
Se ha hecho una intimación a la Municipalidad para que resuelva el problema, pero ésta expresa que no tiene fondos.
En los años que arrastra el tema, ¿no se le ocurrió a nadie prever los fondos necesarios? ¿Hacer las gestiones conducentes a devolver la calidad de vida perdida?
Además la nota señala que a raíz de esta grave situación no es aconsejable bañarse en el Balneario El Badén y mucho menos en el Balneario La Hoya.
¿Y ahora dicen ésto? Dejaron pasar toda la temporada veraniega sin decir nada, sin prevenir a los miles de personas que acudieron a disfrutar de esos balnearios.
Autoridades provinciales y municipales han preferido poner en riesgo la salud de miles de personas, antes que revelar su desidia en resolver un problema delicado y de fuerte impacto en el ambiente y en las personas. Han mentido, han engañado, han estafado a los que creen en el destino turístico de un “San Luis que inspira”. Actitud de una irresponsabilidad rayana en lo criminal.
*Caso 2*
No es éste el único problema de cloacas en El Volcán. Allá por 2006 (si la memoria no me falla) el Ministro de Obras Públicas Jorge Fernández firmó el contrato para la construcción de las cloacas para la totalidad de la localidad; como parte del Plan Hepatitis 0, gobierno de Alberto Rodríguez Saá. El monto inicial superaba los cinco millones de pesos y la empresa adjudicataria de la obra era también responsable del proyecto.
Durante varios años más figuró en el presupuesto provincial el importe anual para concretar la obra, sin embargo El Volcán no tiene cloacas a más de ocho años de adjudicada la obra y de los muchos pesos que se le pagó a la empresa.
¿Qué se hizo?
Se construyó una amplia red de cañerías y de cámaras, si bien muchas viviendas quedaron fuera por encontrarse por debajo del nivel de la calle. Se construyó también la planta de tratamiento. ¿Dónde? A metros de la ruta, a metros del río en un lugar que grandes crecientes del río supieron cubrir totalmente. A metros también de lo que era un camping y al ingreso de un barrio.
Esta pésima ubicación de la planta de tratamientos de residuos cloacales motivó la queja vecinal hasta que finalmente el entonces Ministro de Medio Ambiente Arq. Larramendi no la aprobó, con lo cual la obra cloacal quedó tan inconclusa como inútil.
Eso ocurre por la incapacidad del gobierno provincial al no aprobar el proyecto de obra antes de licitarla o bien antes de que se inicie. Cuando se deja que las empresas hagan su proyecto sin supervisión y aprobación, es dable esperar que planeen la obra de la manera que más les convenga económicamente, sin medir las consecuencias para con la población y el medio ambiente.
Después se dijo que la red volcanera se conectaría con la de Juana Koslay con planta de tratamiento en Donovan. Unos cuantos kilómetros de distancia debiendo superar una serranía que obliga a instalar un sistema de bombas costoso y de exigente mantenimiento. Se hizo el tendido de una corta distancia de caños y ahí quedó todo.
Posteriormente otras obras, entre ellas las de asfalto y gas natural, rompieron la red cloacal en varias partes, ante la indiferencia silenciosa de todos los responsables.
En resumidas cuentas, se dilapidaron varios millones de pesos en una obra doblemente necesaria, porque es una exigencia para la salud de sus habitantes y porque de lo contrario, como sigue pasando ahora, esos líquidos pasan a la capa freática y terminan en el Dique Cruz de Piedra, otrora fuente de provisión de agua para la ciudad de San Luis.
El fracaso de la red cloacal para El Volcán, anunciada con los bombos y platillos del Plan Hepatitis 0, debemos atribuirlo a la incapacidad gubernamental en la obra pública, a la que no se le aprueba previamente los proyectos, a la que no se inspecciona en ejecución y de la que suele esperar algún retorno. Desde 2006 a la fecha todos los que han pasado por el Gobierno, por los ministerios involucrados y la Municipalidad son responsables porque nada han hecho. Ya sea por indiferencia, por inutilidad o por miedo al jefe feudal, callaron. Por lo tanto consintieron.
La impunidad.
Nos queda la dolorosa evidencia de la incapacidad irresponsable con que se manejan estas obras y de la impunidad que cubre a todos sus responsables.
No en vano El Diario de la República calla y esconde, o cuando la cuestión se pone al rojo vivo, la muestra parcialmente ocupándose muy bien de evitar la historia del problema y de señalar responsables.
¿Alguna vez en nuestra Argentina los autores de estas maniobras, sean empresarios o funcionarios, devolverán los dineros dilapidados? ¿O pagarán de su bolsillo las nuevas obras que resuelvan el fruto de su corruptela?
SAN LUIS. Marzo 15 de 2014