Ya estamos en época de clases y lo que debiera ser momento de trabajo tan sereno como intenso y productivo, se ve una vez más sacudido por reclamos desatendidos, falta de diálogo, mensajes contrapuestos, información equívoca, anuncios altisonantes, cruce de acusaciones, etc. Es decir, un clima decididamente opuesto y contrario al que necesita la educación, favoreciendo el crecimiento de esa polifacética brecha que divide día a día a nuestra Argentina.
Como marco general cabe decir sin temor al equívoco que la educación en Argentina no es una política de estado prioritaria y San Luis no es una excepción, pese al discurso oficial.
LA INVERSION ACTUAL
Tanto el gobierno nacional como los provinciales vienen incrementando de forma sostenida sus presupuestos para la educación y hasta por encima de lo aconsejado por organizaciones internacionales especializadas. Sin embargo los resultados de nuestra educación no son los esperados conforme esos incrementos presupuestarios según los resultados de las distintas mediciones que se efectúan. Lo que nos lleva a escuchar con mucha frecuencia que nuestra calidad educativa dista mucho de ser buena. [1]
¿Por qué ocurre esto?
No estamos frente a una aparente contradicción sino frente a la consecuencia de que el incremento presupuestario se destina por sobre todo a la inversión material: nuevas escuelas, ampliaciones y refacciones, equipamiento, computadoras para alumnos y docentes por ejemplo. Lo que es necesario y está bien y así corresponde reconocer. Pero es mucho más necesaria la inversión en el recurso humano partícipe de la educación. Y aquí está la carencia flagrante, importante y usualmente desestimada.
Al decir invertir en lo humano digo por ejemplo, la dignificación de la profesión docente. Lo que se debiera traducir entre otros aspectos en una formación inicial y de perfeccionamiento de excelencia, en dotarla de todos sus herramientas de trabajo, en condiciones laborales acordadas mediante el diálogo, con una remuneración acorde a la importancia que todos le otorgan a la educación sin trampas y una metodología más sencilla. Todo lo cual llevará a recobrar el prestigio y reconocimiento social que la docencia supo tener antaño y más aún.
Digo también invertir para asegurar que el alumnado concurra a sus tareas bien alimentado, sano, seguro y equipado con lo necesario.
Por más inversión en obras y equipos que se haga, si los docentes no concurren a sus tareas con alegría, con felicidad, con la seguridad de que con su trabajo pueden crecer ellos y sus familias, personal, social y económicamente, no podemos esperar buenos resultados.
LA SITUACIÓN EN SAN LUIS.
No cabe sino celebrar la creación de nuevas escuelas, la inauguración de nuevos edificios o de ampliaciones en otros; cuestión ésta en la que San Luis saca notorias ventajas a muchas otras provincias.[2]
Ventaja ésta que desaparece cuando comenzamos a analizar las remuneraciones docentes ya que todas las comparaciones salariales ubican a San Luis entre los últimos lugares en cuanto al sueldo básico y cuando se ocupa el último y vergonzoso lugar en el pago del denominado ”segundo cargo” y cuando advertimos que el gobierno decide desde años unilateralmente los incrementos salariales y cómo pagarlos, ignorando las paritarias. También es muy reiterado el incumplimiento del gobierno provincial de lo legislado en la Ley XV-0387-2004 Estatuto del Docente y hasta de la Ley de Educación Nacional 26206.
Estamos muy acostumbrados a anuncios altisonantes, referidos a acciones puntuales a veces exitosas, pero lo que se requiere para el crecimiento homogéneo y sostenido de toda la educación provincial, es la generalización de esas experiencias exitosas y no mantenerlas circunscriptas a escasos establecimientos. Otras veces esos anuncios altisonantes encierran acciones demagógicas y hasta destructoras de la educación pública.
Dentro de estas acciones altisonantes merece un párrafo especial la re inauguración de la pileta cubierta en el Centro Educativo Nº6 de El Volcán. Un justo avance que ojalá se multiplique y que quienes “tercericen” el funcionamiento de esa pileta no descuiden el trabajo con los alumnos a favor de la explotación comercial.
Esta pileta fue construida junto con esa escuela hace muchos años, sin que nunca funcionara porque el agua debía ser climatizada con… tubos de gas de 45Kg! Y nadie se hizo cargo de un gasto así. El no uso devino en su deterioro, todo por responsabilidad exclusiva del gobierno provincial de aquel entonces que llevó a una nueva e importante inversión para recuperarla. Gasto por el que debieran responder los originales e incapaces responsables de esa obra.
Lo curioso es cómo El Diario de la República informó esta noticia en su edición del pasado 28 de febrero. El Diario… omitió cuidadosamente el nombre completo de ese centro educativo y que no es otro que el de un funcionario de los gobiernos dictatoriales en San Luis, el Sr. Carlos Sadoc San Martín. Y esa omisión obedece a la profunda relación entre la familia San Martín y los Rodríguez Sáa dueños de ese diario.
La persistencia de ese nombre en esa escuela es una muestra de los contactos entre este gobierno feudal y las dictaduras pasadas.
¡Vaya modelo democrático el que le sugieren a los alumnos volcaneros con ese nombre! Y El Diario… por cierto está obligado a esconder esa vergüenza propia.
LA PERSPECTIVA.
Para sostener las fuertes inversiones materiales en educación[3] la variable de ajuste es el factor humano, siempre postergado y objeto de demagogia. Lo que se sostiene con el irrespeto a las instituciones republicanas, favoreciendo la atomización gremial docente, con el descuento de días de huelga, etc.
Se requiere, es imprescindible, que toda la sociedad haga causa común con la educación y con la docencia, apoyando, sosteniendo, exigiendo según corresponda; pero siempre haciendo de la educación un tema prioritario en nuestras vidas.
Es demasiada importante la tarea como para dejar que el gobierno actúe impunemente según sus pobres conceptos.
La baja calidad en la educación se transforma con el tiempo en mala capacitación para empleados, técnicos, profesionales y es madre del clientelismo político y demagógico.
Mientras todos no nos comprometamos con la educación considerándola como tema de todos y para todos, seguiremos con este panorama presente tan poco alentador a futuro.
Sostengo que una importante recuperación salarial docente, inversión en lo humano, es el necesario primer paso para tener la educación que nos merecemos.
Primer paso, luego vienen los otros, pero lo primero es lo primero.
Días atrás la Presidenta de la Nación dijo que el tema salarial docente es un parto cada año. No está mal que sea un parto, pero un parto feliz, vida que nace, educación que nace. Y con toda la sociedad como partera.
SAN LUIS. Marzo 6 de 2014
[1] Calidad educativa es un concepto un tanto escurridizo, al que en breve procuraré hacer una aproximación.