Las reacciones que se conocieron a través de la prensa y redes sociales tras conocerse la nueva audiencia que el Papa Francisco le concedió a la Presidente Cristina Fernández de Kirchner para el 7 de junio, mostraron tanto de sorpresa desagradable como de “amable dureza”. Todo a partir de lo dicho poco tiempo antes por uno de los voceros del Vaticano en cuanto a que el Papa no recibiría más a políticos argentinos, ya que se había sentido usado por ellos.
Confieso que inicialmente también me enojé ante esta nueva audiencia, justamente porque quien más”usó políticamente” al Papa ha sido el kirchnerismo tras dejar de lado en silencio y sin disculpa alguna, los muchos agravios con que recibieron la elección del Card.Bergoglio como Papa Francisco. Tal como corresponde, el Papa no entró en revanchismo, puso la otra mejilla, perdonó y sigue adelante.
Tras la inicial reacción corresponde la madurez de un análisis, un tanto audaz si se comparan las escasas habilidades y conocimientos de este escribiente, con la experiencia y sapiencia del Papa y de la diplomacia vaticana, la más antigua del mundo.
Por si hace falta, recordemos que Francisco es argentino, pero no es un Papa para Argentina. Es el primer obispo de la Iglesia más numerosa del mundo y el jefe de un estado que mantiene relaciones diplomáticas con muchos países, entre ellos el nuestro. Y como tal tiene obligaciones diplomáticas que cumplir, independientemente del gusto o idea política de cada uno de los argentinos.
Francisco no está para resolver por sí mismo los problemas del mundo, menos aún las cuestiones político-partidarias de su país natal.
Fue elegido justamente por haber indicado con valiente claridad la necesidad de cambiar una concepción eclesial muy eurocéntrica, burocrática y apegada a costumbres principescas; alejadas de la comprensión de la magnitud de los problemas de países y personas sumidas en la pobreza. De entrada nomás pidió “una Iglesia pobre y para los pobres”. Y lo está haciendo pese a las resistencias de los sectores más conservadores.
Lo que el Papa sí hace y con mucha insistencia es dar desde la Doctrina Social de la Iglesia, ideas y orientaciones para que los fieles católicos actuemos en la vida. Entre otras cuestiones insiste en pedir el necesario compromiso con la política desde la ética, los valores y la doctrina.
No lo hace desde ahora, lo hizo siempre y dando ejemplo con su forma de vida y su actitud de servicio para con los pobres y excluidos, sin eludir temas o problemas.
¿Acaso creímos que SS Francisco sería ariete de la oposición o cabeza de un acuerdo político? Como en tantas otras oportunidades ¿esperábamos que una persona providencial hiciera por sí sola todo lo que no somos capaces de hacer a diario?
Así fue como mostramos una vez más la liviandad con que nos juzgamos a nosotros mismos, sólo equiparable con la dureza para “darle” a quien no es, no opina o no hace según nuestro gusto.
Un ejemplo de esto lo tenemos en nuestra alegría por la elección de Bergoglio como Sumo Pontífice. Aplaudimos casi patrioteramente sus palabras y acciones. Pero no lo atendemos ni lo seguimos cuando el cambio que propone Francisco es en nuestras actitudes y forma de vida. Y muy prontamente lo criticamos ante lo que consideramos un paso en falso.
¿Acaso tenemos el compromiso político desde la ética que pregona Francisco? ¿Acaso rechazamos la corrupción y los corruptos? ¿Acaso combatimos todas las formas y expresiones de la trata de personas? ¿Acaso no crece el narco tráfico? ¿Acaso combatimos la pobreza y exclusión desde sus orígenes? ¿Acaso practicamos la cultura del encuentro? ¿Acaso llevamos a la práctica lo de una “Iglesia pobre y para los pobres”? ¿Acaso hemos eliminado las distintas formas de explotación laboral?
Podría decirse que nos enojamos con el Papa como para justificar nuestra falta de compromiso con su propuesta. Este supuesto “error” papal escondería el escándalo de nuestra incoherencia entre Fe y Vida, denunciada ya en Gaudium et Spes (Vaticano II).
Los cambios en la sociedad y en las instituciones comienzan en cada uno de nosotros. Ya. No mañana y lejos. No vienen solos ni los traen el viento o la lluvia.
El Papa viene diciendo de la necesidad de que no haya alteraciones bruscas en la vida institucional y se complete el actual mandato presidencial. Y si lo dijo es porque algo vió o temió. Quizás este nuevo encuentro signifique el marcar la necesidad de un proceso electoral sin violencias, trampas ni agravios y con una transición gubernamental honesta, constructiva y respetuosa. Quizás sea una despedida presidencial. Quizás eso, quizás otras cosas, propias de la diplomacia y que se resuelven entre Jefes de Estado.
Y mientras eso ocurre… cumplamos con lo nuestro.
Demos testimonio en la idea, la palabra y la acción de que orientamos nuestra vida, allí donde actuemos, desde el estricto respeto a la dignidad de la persona humana; al logro del bien común y de todos los derechos humanos, especialmente de los aún pendientes; al respeto a toda forma de vida y del medio ambiente; a vivir de forma honesta y modesta, practicando la opción preferencial por los pobres y la justa distribución de bienes y recursos desde el tan olvidado concepto del destino universal de los bienes.
¿De qué vale vanagloriarnos de un Papa argentino, si en su propio país no hacemos realidad los paradigmas de vida que nos propone? Unos usan al Papa por “pícaros”, otros desde la inacción. Hagámoslo nuestro desde hacer lo que nos propone.
Dejemos de lado las minucias de la audiencia, las fotos, los regalos, el protocolo, que si el Papa es peronista o kircherista; esto o aquello. Dejemos de ver la paja en el ojo ajeno y veamos como están las vigas en los nuestros.
Tengamos coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos para ser sal y fermento.
SAN LUIS. Abril 16 de 2015.
Excelente!
¡¡¡ Muy de acuerdo ,Sin más!!!
sabe qque pasa don tochi….el Papa es populista toca las cosas de costado y sin embarrarse existe un genocidio en la otra parte del planeta de cristianos y el fotografiandose y recibiendo a los pobres del vaticano….me parece que le quedo grande el cargo….blachelet en chile en plena candidatura anuncio la venidera ley de aborto libre gratuito y estatal….no ve su santidad que eso mismo ocurrira en argentina sino hace nada al respecto o la perversa ley de identidad de genero con la palabrita autodescubrimiento no da un indicio de la calidad de gente con la que trata??…destruccion de la familia celula fundamental del cristianismo y de la sociedad es una de las presas de estos gobiernos que rayan con lo anarquico —-Francisco me defraudo—-y eso que mi hijo mas chcio lleva su nombre es su honor
Estimado: Como digo en la nota el Papa no debe tomar partido, da las líneas directrices del pensamiento social cristiano. LAS COSAS LAS HACEMOS NOSOTROS INSPIRADOS EN ESA DOCTRINA. No es un Papa para Argentina.