Este es un año electoral en San Luis, con muchas elecciones convocadas a gusto y conveniencia de quien ejerce el poder. Seguramente vendrá el concierto de ataques, agravios, promesas y regalos compra votos.
La promesa de creación de trabajo es una constante en las campañas electorales y termina siendo una delas más incumplidas, ya que parece desconocerse que la realidad económica mundial, dominada por políticas neoliberales, que no tienen y no parecen querer tener capacidad de generar más empleo.
Esta economía actual no genera empleo en épocas de bonanza, mucho menos en esta en situación de suma gravedad como pasa hoy en Argentina.
El vertiginoso crecimiento de la tecnología aplicada a la administración y la producción, abarata costos al tiempo que expulsa trabajadores. No parece que al menos en el corto y mediano plazo, eso vaya a cambiar.
Esa misma tecnología está exigiendo que el poco empleo que genera requiera una buena formación específica, es decir una buena educación. Tema en el que nuestro país y nuestra provincia, no están en condiciones de asegurar, habida cuenta de los resultados de las múltiples evaluaciones efectuadas a nuestro sistema educativo.
Es así como las decenas de miles de jóvenes que año a año se suma a la población económicamente activa, se encuentran por un lado con poca oferta laboral y por otro con que su formación está lejos de los requerimientos para ingresar al mundo del trabajo.
Esta “maldita ecuación” es una dolorosa realidad que se manifiesta en los jóvenes “ni-ni-ni” (ni estudian, ni trabajan, ni buscan trabajo), con las consecuencias de la desocupación acompañada de adicciones, violencia, delito. Muchos, le ponen el pecho a esta situación mediante changas y servicios esporádicos y de baja rentabilidad, incrementando la economía de subsistencia.
La respuesta generalizada de nuestros gobiernos es la multiplicidad de planes asistenciales, algunos con trabajo, la mayoría sin responsabilidades. Tanto esta oferta, como los reclamos por más se han convertido en moneda electoral con alta conflictividad social. Algunos terminan atacando a quienes los poseen como si fuesen los culpables de esta dolorosa economía nuestra de hoy. Es cierto que hay excesos, están los que se aprovechan, los que se conforman con ese poco y no de buscar trabajo real.
La mayor culpa no es de quienes sufren el problema, sino de los gobernantes que por incapacidad o ideología no toman el toro por las astas para cambiar sustancialmente el rumbo económico social y usan esta asistencialidad parar lograr votos. Cosa que hacen del modo más descarado y vergonzoso.
Algunos casos sanluiseños
Aún en el marco de esta economía neoliberal, hay experiencias que merecen destacarse y extenderse.
Hace años que el ex gobernador Adolfo Rodríguez Saá dio inicio al programa hoy conocido como Sol Puntano, mediante el cual, con asesoramiento de especialistas israelíes, se desarrolla hasta hoy el cultivo bajo cubierta y con riego artificial. El proyecto es exitoso y debiera ser extendido de manera tal que se puedan aprovechar las muchas tierras no productivas que existen en la provincia.
Hay que definir la unidad productiva para familias o para cooperativas, darles tierra, se verá el cómo, luego proveerles el agua desde los muchos diques y acueductos existentes. Por cierto que con el asesoramiento técnico específico de la producción y también de la administración, hasta que se encaminen.
Un proyecto como Sol Puntano, no debe quedar en lo que es hoy, está probado su éxito, debe ser multiplicado en toda la provincia en producciones distintas acordes a las necesidades provinciales y regionales. El paso siguiente a la producción primaria que genera un proyecto así, es el darle más valor agregado mediante la industrialización.
No se trata de sueño utópicos, son cosas que se han hecho y se hacen en otros países que no se dejan vencer por las dificultades y que poseen lo que tanto necesitamos: cultura de trabajo.
Estamos viendo cómo familias de residentes bolivianos han solicitado tierras en los Deptos. Pueyrredón y Pedernera y están ya produciendo en cantidad y calidad.
No deja de resultar muy curioso que familias sanluiseñas no estén solicitando también tierras para trabajarlas. Tampoco que el gobierno haga ofertas de tierras para quienes, teniendo planes asistenciales, quieran trabajarlas. Nos hace pensar que el clientelismo electoral está destruyendo lo que se necesita: cultura del trabajo.
Recordamos también varias iniciativas de los gobiernos provinciales que fueron abandonadas o que quedaron reducidas a unos pocos casos. Se promovieron la cría de lombrices rojas, el cultivo de higos y nogales, la cría de caprinos con la introducción de nuevas razas, la apicultura, la cunicultura, la cría de perros de raza, etc. Ideas malogradas porque no tuvieron el estudio, la planificación, el acompañamiento y el sostén necesario para tener éxito. Propuestas así debieran efectuarse a quienes hoy reciben planes asistenciales, para que vayan desapareciendo a medida que se recupera lo imprescindible: la cultura del trabajo.
La carencia de una política seria, no electoralera, no mentirosa, de generación de empleo debiera estar presente en una provincia gobernada según dicen, desde la idea peronista; la misma que en una de sus verdades expresa que el trabajo es un derecho que crea la dignidad de la persona y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume.
No parece estar presente este concepto peronista del trabajo en la familia Rodríguez Saá, que nos gobierna desde diciembre de 1983, ya que no sólo que como gobernantes no encuentran la forma de generar trabajo, sino que tampoco lo hacen como empresarios.
Supieron dedicarse al hotelería comprando el Hotel Cruz de Piedra en la ciudad de Juana Koslay; el ex Hotel de los Empleados de Comercio en El Volcán y el Hotel Los Tamarindos en Balde. Hoy los tres están cerrados en una provincia en la que estos gobernantes y hoteleros, promueven tanto el turismo.
¿Por qué tanta inversión en comprarlos y luego cerrarlos? ¿Cuántos empleos pueden generar estos hoteles? ¿O acaso quieren imitar la hotelería kirchnerista?
Gobernantes que no dan el ejemplo desde sus empresas, mal pueden generar empleo. Debieran tener y ejercer lo necesario: la cultura del trabajo.
SAN LUIS. Marzo 4 de 2019.