Cada discurso del Gobernador Alberto Rodríguez Saá deja siempre  tela para cortar. No por el encuadre institucional democrático de su pensamiento; no por anuncios de acciones de gobierno que promuevan  lo humano, no por la  fogosidad o la corrección con que los dice. Dejan siempre marco para el análisis desde lo propio de un maestro de Siruela[1], por lo chabacano, desde los  aportes para acrecentar su  relato de  un gobierno excelente.

El discurso pronunciado  el viernes 1 de abril ante la Asamblea Legislativa, está en esa tradicional línea discursiva del gobernador.

De los honores.

Según su Diario de la República  “Alberto Rodríguez Saá no quiere que los cargos ejecutivos impliquen una diferencia sobre el resto de los ciudadanos. Por eso entre los proyectos anunciados está la Ley de Supresión de Honores de las Autoridades Provinciales. El Gobernador reconoció …  que nunca le gustó el boato de la banda y el bastón …” Y termina la nota periodística así “Creo que debe haber una legislación específica para suprimir el uso de estos honores y títulos, porque mientras el gobernador más se parezca a un ciudadano común, mucho mejor”.

De los atributos.

La banda y el bastón son atributos que tienen su origen tanto en costumbres españolas como de nuestros pueblos originarios cuyos jefes  tenían todos algún elemento distintivo de sus funciones, señalando no lujos o privilegios, sino  responsabilidades.

Eliminarlos no deja de ser un simple dato formal y anecdótico, simpático quizás pero  sin peso ni trascendencia social. Lo que importa no es lo superficial sino el fondo.

De lo importante.

Lo que está bien es lo de ”…mientras el gobernador más se parezca a un ciudadano común, mucho mejor”.

Pero siempre apuntando a que los  dichos se traduzcan en actos de fondo. Por eso mismo me permito sugerirle al gobernador  algunas ideas para que se parezca más a los ciudadanos comunes.

*a. Los empleados provinciales tuvieron un aumento del 40% , mientras que para  los funcionarios es del 75%. Iguale la cosa.  Si su jornada es muy larga, cobre por esa extensión lo mismo que le paga a los docentes por el segundo cargo.

*b. Trasladarse de ida y vuelta desde su casa  a Terrazas del Portezuelo  a dedo, como hacen muchos docentes; o a caballo o a pie  como lo hacen a diario muchos de nuestros chicos para asistir a clases.

*c. Desayune o almuerce lo mismo que su gobierno  da en las escuelas.

*d. Venda esa inmensa y fastuosa mansión que construyó en El Durazno (hoy municipio de Estancia Grande) y váyase a vivir a una de las casas que su gobierno ha construido. O vuelva a su vieja casa en calle Lavalle.

*e. Explique a la AFIP como cualquier profesional o empresario exitoso,  de dónde surgieron los fondos con los que compró todas esas tierras e hizo esa mansión. Y de paso también los que usó para comprar tantas empresas y tantas otras tierras.

*f. Podría tener una designación por contrato por unos seis meses y que alguien con plenos poderes decida si se lo renuevan  o no. Tal como ocurre con tantos empleados, incluyendo profesionales, que llevan más de veinte años con contratos  renovables según el capricho gubernamental o la conducta político-electoral del  contratado. Una inestabilidad laboral así le enseñaría unas cuantas cosas, Sr. Gobernador.

Con éstas creo que hay suficientes ideas  como para que vaya pensando cuáles adoptar en su afán de parecerse más al ciudadano común.  A lo mejor se le ocurren otras ¿quién sabe no?

Lo que importa Sr. Gobernador Alberto Rodríguez Saá es el fondo de las cuestiones, no el maquillaje superficial. El fondo es la igualdad de oportunidades que está lejos de regir plenamente. Lo que importa son las políticas que promuevan la plena dignidad de las personas y eso se logra con todos los derechos humanos vigentes (de todas las generaciones de derechos humanos, tal como a Ud. le gusta recordar).

Lo que importa es el progreso en lo humano; no tan sólo en lo material. Mucho menos una pavada protocolar como es el uso o no uso de banda y bastón.

¿Ud. quiere parecerse más al ciudadano común? Llegue temprano a su trabajo, hágalo con intensidad,  sea modesto en sus propiedades, vehículos, empresas y vida diaria. No haga negocios entre su gobierno y sus medios de comunicación. No acumule.

¿ Recuerda cuando el Papa Francisco dijo que nunca vio un camión de mudanzas tras un cortejo fúnebre?

Sr. Gobernador respete al pueblo, incluso al que lo votó. No a todos les cae bien que además de joderlos con su gobierno se burle de esta manera.

SAN LUIS. Abril 4 de 2016.

[1] Según el dicho español: Maestro de Siruela, que poco sabe pero tiene escuela.