AEl gobierno de Alberto Rodríguez Saá está alardeando acerca del Plan EMPEZAR, un nuevo intento – ¡otro más! – de lograr inserción laboral de los jóvenes. Esto ocurre en una economía deprimida, con inflación creciente, con pérdida de cientos de miles de empleos, con una alta carga impositiva, créditos rayanos en la usura, etc. Que obedecen mayormente a errores de la política nacional.
Pero convengamos que desde este gobierno existen también acciones que ayudan y bastante a la desocupación, especialmente en los jóvenes. De las que destaco éstas:
- El desaprovechamiento de ley de promoción industrial que fue considerada mucho más como una fuente de enriquecimiento de la familia gobernante y sus cómplices, que como oportunidad de crecimiento y desarrollo provincial. Así se fueron muchas empresas, dejando una pléyade de desempleados que terminaron multiplicando los barrios más carecientes.
- No se verificó la verdadera capacidad productiva ni el cumplimiento de las obligaciones para con los empleados, tampoco se exigió la administración y la distribución desde la provincia, impidiendo una verdadera radicación.
- De las casi mil empresas que llegaron a radicarse, las que sobreviven deben rondar la centena.
- La masa laboral que nutrió inicialmente a esas industrias incrementó la población urbana, vaciando al campo de habitantes, trabajo y producción. Situación que no se ha procurado revertir.
- Se dio inicio a múltiples propuestas de producción que no fueron acompañadas, ayudadas, auditadas para asegurar su continuidad y éxito, por lo que no fueron mucho más allá de anuncios de ocasión, básicamente electorales.
- La colaboración provincial en la fuerte carga impositiva que impiden la contratación de más personal.
- Los muchos planes asistenciales propuestos y mantenidos por el gobierno provincial han servido de muy poco en cuanto a producir o a enseñar oficio alguno. Creando finalmente una relación de dependencia de lo que” me da el gobierno”, que destruye la cultura del trabajo y multiplica el clientelismo político.
- La educación provincial, como en la mayoría del país, no está dando una buena capacidad para ir al mercado laboral con posibilidades ciertas de incorporarse a él. Ya sabemos de la repitencia y del abandono, de la mala comprensión lectora, del escaso vocabulario oral y escrito, de la dificultad para manejar la matemática básica para la vida diaria, etc. datos éstos que surgen de las evaluaciones internacionales, nacionales y provinciales de las últimas décadas.
- De nuevo tenemos que la principal fuente de empleo es el estado, con la característica actual de una gran masa de agentes estatales en situación de precariedad laboral y otra aún mayor de pertenecer a planes asistenciales.
- Tanto éstos últimos, como este plan Empezar, y los anteriores de Pañuelos Verdes y Pañuelos Blancos, terminan siendo un fallido intento de disimular la incapacidad gubernamental de generar trabajo.
Una situación así descripta no se soluciona a las apuradas electorales, con medidas de corto vuelo como estas pasantías de 20 horas semanales, con remuneración de entre $4.500 y $ 6.000 que paga el gobierno, con duración de 3 a 12 meses, con posible renovación, sin decir en qué condiciones puede darse esa renovación.
Pasadas las elecciones con el gobernador reelecto, difícilmente se concreten las renovaciones por cuanto hay que cuidar un presupuesto que tambalea. Si pierde las elecciones, es probable que se las prorrogue, como para dejarle al sucesor el menor presupuesto posible y la carga de resolver el futuro de este gran número de jóvenes comprovincianos.
El plan está destinado a jóvenes de entre 16 y 24 años. Es decir que abarca los dos últimos años de la educación obligatoria por ley nacional, sin que el continuar sus estudios figure entre las condiciones que se señalan en la página web habilitada para este plan. Tema éste que no es menor, la educación es clave para la vida laboral. El gobernador ha expresado decenas de veces que estamos en el mundo del conocimiento, pero no traduce esos dichos en medidas de gobierno que le aseguren a nuestras jóvenes generaciones la mejor educación básica y permanente.
Nada se les exige a los empleadores en cuanto a formación específica durante esa pasantía que le sirva a futuro.
Miles de jóvenes ha respondido a esta convocatoria, con un elevado porcentaje de quienes están entre los 16 y 18 años de edad, período, reitero, en que deben estar en la educación obligatoria.
Huele demasiado a búsqueda de votos, tanto en los jóvenes, como en los empleadores que podrán contar con mano de obra gratuita por unos cuantos meses y sin mayores exigencias.
El ejemplo del Gobernador
Entre las muchas empresas que el Gobernador y su familia han adquirido desde 1983 a la fecha están los Hoteles de El Volcán y Balde. Los compraron, ampliaron y cerraron, cesanteando a todo su personal., con alto impacto negativo en sus poblaciones, quitando la multiplicación laboral que origina el turismo, mucho más en Balde cuyo recurso de aguas termales está escasamente aprovechado. También compraron el hotel de Cruz de Piedra, al que tuvieron tercerizado un tiempo, hasta que también cerró.
Si no hay capacidad, ni vocación para mantener en pie sus propias empresas, si aumentaron el número de desocupados, si dejaron de generar riqueza a la provincia, ¿cómo podemos esperar que pueda hacerlo desde el gobierno?
Otro caso de haz lo que digo, no lo que hago.
SAN LUIS. Junio 6 de 2019