… cuando seas grande, Pedro? Pregunta la maestra en una escuela cualquiera de nuestra provincia. Sin demoras el niño responde: Quiero ser Pico y Pala, señorita. Lo mismo que mi papá, mi mamá y mis tíos.
No puede extrañarnos, Porque el Plan de Inclusión Social (Plan Pico y Pala), es la única alternativa laboral que ven en el horizonte. No hay cultura de trabajo. Esta familia gobernante la destruyó en su loca carrera por acumular poder y riqueza. Comenzó con la política de radicación industrial promovida. Se afirmó y sostuvo en ella mostrando cientos de industrias y miles de puestos de trabajo con que San Luis rompía su letargo económico. Sin embargo, la maraña de coimas hizo que las fábricas se fueran yendo lentamente, tanto que en el 2.003 al asumir como Gobernador Alberto Rodríguez Saá afirmó que su principal objetivo era eliminar el gran desempleo que le dejaba el gobierno anterior. Así, Alberto reconoció el fracaso del Gobierno de su hermano Adolfo, de quien fue funcionario y sostén legislativo.
De ese fracaso surgió el Plan de Inclusión Social (Pico y Pala) destinado a los varios miles de desocupados en la misma provincia de la que se decía San Luis, otro país: 0 desocupación.
El plan es necesario para paliar ese tremendo desempleo y deberá durar mientras dure ese desempleo. Pero no debe ser un plan eterno, se necesitan políticas activas enérgicas para crear más empleo y superar este tipo de planes asistenciales porque tarde o temprano, acá o allá, terminan siendo usados como garantía de votos por quien los otorga.
Este Gobierno fracasó, no defendió el trabajo que supo crear, corrió a las empresas coimeándolas hasta el cansancio y es incapaz de crear nuevas fuentes de trabajo productivo, cierto, seguro. En nuestro San Luis entre Plan de Inclusión, Plan Jefas y Jefes de Hogar, Pañuelos Blancos y Verdes, contratos y pasantes hay más de 60000 personas. Un elevadísimo porcentaje de nuestra población económicamente activa. Ninguna sociedad puede aspirar a crecer en situación laboral como ésta.
Estos hermanos nuestros se aferran a estos planes, toleran el manoseo y las amenazas que los acompañan porque necesitan trabajar y no hay otra cosa. Saben bien que deben callar, no criticar, aplaudir a sus jefes, ir allí donde los envían, prestarse a sus caprichos. Este Gobierno entre su incapacidad y su vocación de perpetuidad, los ata a su voluntad caprichosa mediante una política mentirosa en lo laboral y real en cuanto a su opresión y al clientelismo electoral.
¿Trabajo? ¿Empleo?
La Organización Internacional del Trabajo promueve el concepto de trabajo de calidad y habla así, de empleo. Que incluye estabilidad, productividad, ingresos adecuados, derechos laborales, protección social (asistencial y previsional), libertad sindical, diálogo y participación. Conceptos éstos que no están presentes a pleno en este Plan de Inclusión que tiene algo de producción, algo de Obra Social, nada de jubilación, nada de libertad sindical, ni de diálogo o participación.
La publicidad nos vende estadísticas mentirosas y nos habla de un plan ejemplo para el mundo. Pero que seguro no supera una liviana evaluación de la OIT. Este Plan es, finalmente una changa institucionalizada, lejos de ser o de transformarse en empleo de calidad. Ligado insisto, al sostén electoral de un Gobierno incapaz.
El futuro
En este marco se educan y crecen nuestros niños y jóvenes. Sólo avizoran un trabajo ligado al agobio de publicidad, de consignas y de culto a la personalidad de los gobernantes. Sólo avizoran más Pico y Pala.
Lejos de su alcance, un modelo de producción, de creatividad y de crecimiento personal y familiar logrados y sostenidos desde un empleo cierto que los haga parte de sistema productivo. Que le asegure también libertad y autonomía.
El Plan Pico y Pala les garantiza una changa, en tanto y en cuanto sean útiles al gobierno feudal. No un empleo. No formarse en una cultura del trabajo.
¿Es esta la modernidad, el progreso y el crecimiento de los que nos hablan los funcionarios y legisladores de este Gobierno? ¿Es ésto lo que queremos para nuestras jóvenes generaciones?
San Luis. Agosto de 2005